miércoles, 15 de julio de 2015

 Cuando pierdes contacto con la quietud, pierdes contacto contigo mismo.

Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.

Tu sentido más interno de ti mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud.

Ese es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma.

                                                                Eckhart Tolle.



  


lunes, 11 de mayo de 2015

CERRANDO CAPÍTULOS

de Paulo Coelho

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. 

Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos.

Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando:

-       Terminó con su trabajo?

-       Se acabó la relación?

-       Ya no vive más en esa casa?.

-       Debe irse de viaje?

-       La amistad se acabó?

-       Ya no eres un niño?

 

Puede pasarse algún tiempo de su presente “repasando los porqués”, rebobinando el casette,  para tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho, pero si lo hiciera continuamente el desgaste sería infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas, estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar hora, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.

 

No podemos estar en el presente, añorando el pasado.

          Ni siquiera preguntándonos porqué.

Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse.

 

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quién no quiere estar vinculado a nosotros.

¡Los hechos cambian y hay que dejarlos ir!.

 

Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar pertenencias, cambiar de casa, tirar documentos, vender o regalar libros.

 

Los cambios externos pueden simbolizar procesos   internos de superación.


Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar, hay que dejar, hay que pasar la hoja, hay que vivir con solo lo que tenemos en el presente.-

El pasado ya pasó.

No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de  quién es usted.
Suelte el resentimiento.
Encender “su televisor personal” para darle y darle vueltas al asunto, lo único que consigue es dañarlo, mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida está para seguir adelante, nunca para atrás.

Porqué  si usted anda por la vida dejando           “Puertas abiertas” por si acaso 
nunca podrá desprenderse, ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que nos e dijeron, silencios que lo invadieron,
¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!
Si no, déjelo ir, cierre capítulo.

Dígase a usted mismo, que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en esa sintonía, en ese espacio, en esos hábitos, en esos conceptos, en ese oficio.
Usted ya no es el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es por salud esencial, por amor a usted mismo; desprender lo que ya no está en su vida.
Recuerde que nada ni nadie es indispensable.
Ni una persona ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo “llegó sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo  humano o físico que hoy le duele dejar ir.

ES UN PROCESO DE APRENDER A DESPRENDERSE,
y humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable.
SOLO ES CONSTUMBRE, APEGO, NECESIDAD.

Por eso ...cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte.
Hay tantas palabras para expresar esa salud esencial.
Y cualquiera que sea lo que escoja, le ayudará definitivamente a seguir adelante con confianza.
¡ ESA ES LA VIDA ¡

miércoles, 15 de abril de 2015

ACEPTACIÓN

Eckhart Tolle


El «sí a lo que es» revela una dimensión de profundidad en ti que no depende ni de las condiciones externas ni de la condición interna de los pensamientos y emociones en constante fluctuación.

La rendición se vuelve mucho más fácil cuando te das cuenta de la naturaleza efímera de todas las experiencias, y de que el mundo no puede darte nada de valor duradero. 

Entonces sigues conociendo gente, sigues teniendo experiencias y participando en actividades, pero sin los deseos y miedos del ego. Es decir, ya no exiges que una situación, persona, lugar o suceso te satisfaga o te haga feliz. Dejas ser a su naturaleza pasajera e imperfecta.

Y el milagro es que, cuando dejas de exigirle lo imposible, cada situación, persona, lugar o suceso se vuelve no solo satisfactorio, sino también más armonioso, más pacífico.

Cuando aceptas este momento completamente, cuando ya no discutes con lo que es, el pensamiento compulsivo mengua y es remplazado por una quietud alerta.

Eres plenamente consciente, y sin embargo la mente no pone ninguna etiqueta a este momento. Este estado de no-resistencia interna te abre a la conciencia incondicionada, que es infinitamente mayor que la mente humana.

Entonces esta vasta inteligencia puede expresarse a través de ti y ayudarte, tanto desde dentro como desde fuera. Por eso, cuando abandonas la resistencia interna, a menudo descubres que las circunstancias cambian para mejor.

¿Estoy diciendo: «Disfruta este momento, sé feliz»? No. Permite que se exprese este momento tal como es. Eso es suficiente.

Rendirse es rendirse a este momento, no a una historia a través de la cual interpretas este momento y después tratas de resignarte a él.

Por ejemplo, puede que estés tullido y que ya no puedas caminar. Tu estado es lo que es.

Tal vez tu mente esté creando una historia que diga: «A esto se ha reducido mi vida. He acabado en una silla de ruedas. La vida me ha tratado con dureza, injustamente. No me merezco esto».

¿Puedes aceptar que este momento es como es y no confundirlo con la historia que la mente ha creado a su alrededor?

La rendición llega cuando dejas de preguntar: «¿Por qué me está pasando esto a mí?». Incluso en las situaciones aparentemente más inaceptables y dolorosas se esconde un bien mayor, y cada desastre lleva en su seno la semilla de la gracia.

A lo largo de la historia, siempre ha habido mujeres y hombres que, cuando tuvieron que hacer frente a grandes pérdidas, enfermedades, prisión o muerte inminente, aceptaron lo aparentemente inaceptable, y así hallaron «la paz que supera toda comprensión».

La aceptación de lo inaceptable es la mayor fuente de gracia en este mundo. Hay situaciones en las que todas las respuestas y explicaciones fracasan. La vida deja de tener sentido. O alguien que está pasando un apuro viene a pedirte ayuda, y tú no sabes qué decir ni qué hacer. 

Cuando aceptas plenamente que no sabes, renuncias a esforzarte por encontrar respuestas con la mente pensante y limitada, y es entonces cuando una inteligencia mayor puede operar a través de ti. En ese instante, hasta el pensamiento puede beneficiarse, porque la inteligencia mayor puede fluir a él e inspirarlo.

A veces, rendición significa renunciar a tratar de comprender y sentirse cómodo en el desconocimiento.

Cuando te rindes, tu sentido del yo pasa de estar identificado con una reacción o juicio mental a ser el espacio que rodea a la reacción o al juicio. Es pasar de identificarte con la forma —el pensamiento o emoción— a ser y reconocerte como aquello que no tiene forma, la conciencia espaciosa.

Lo que aceptes completamente te hará sentirte en paz, incluyendo la aceptación de que no puedes aceptar, de que te estás resistiendo. Deja la Vida en paz. Déjala ser.




miércoles, 18 de febrero de 2015

Vivir al día te obliga a trabajar el doble pero puede hacerte feliz.

Ahorrar puede hacerte aburrido pero rico.

Lamentarse nunca hizo nada por nadie.

lunes, 5 de enero de 2015

Da igual lo mucho que intentes evitarlo,

envejecerás,

serás más lenta que al principio

y al final te morirás.

Haz lo primero con estilo, piensa que lo bello se disfruta más despacio y acepta lo último lo antes posible.